Pese a las resistencias del Frente de Todos, la mayoría de los bloques opositores de la Cámara de Diputados inició esta mañana el debate sobre los proyectos que proponen instrumentar la boleta única como instrumento de votación. Durante la primera jornada de discusión quedó en evidencia que el oficialismo no sólo se opondrá a la iniciativa, sino que hará lo posible para embarrar el debate y retardar el dictamen, previsto para fin de mes.
La tensión podía respirarse en el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, de Justicia y de Presupuesto, las cuales fueron emplazadas la semana pasada a discutir la cuestión por la mayoría opositora en el recinto. El oficialismo reaccionó con otra jugada y convocó a discutir, en paralelo y en el mismo plenario de comisiones, la media sanción del Senado sobre la modificación del Consejo de la Magistratura. Una iniciativa de máximo interés del kirchnerismo por cuanto excluye a la Corte Suprema en su integración.
El oficialismo no quedó allí. Durante la primera jornada de debate rechazó la propuesta opositora para que las reuniones informativas sobre boleta única sean bimodales, es decir, presenciales y virtuales, para permitir la participación de un mayor número de expositores. Incluso reclamó que se revise el emplazamiento aprobado por la oposición en el recinto. “Esta no es una emergencia”, alegó Sergio Casas.
La oposición ignoró la petición y arrancó el debate con argumentos a favor del nuevo sistema. El presidente dela Comisión de Asuntos Constitucionales, Hernán Pérez Araujo, anticipó que son 20 los proyectos de ley presentados. El oficialismo se mantuvo callado.
Diputados, comisión boleta única. Silvana Colombo
La diputada Silvia Lospennato, de Juntos por el Cambio, precisó que el 95% de los países del mundo adoptaron un tipo de boleta única como instrumento de votación. “Las democracias evolucionaron hacia una forma de votación que es más sencilla para el elector, más transparente y fundamentalmente más democrática, porque garantiza que toda la oferta electoral esté en el cuarto oscuro. Esa garantía hoy no está asegurada”, alegó.
La legisladora instó a no retardar la discusión de este nuevo sistema, por cuanto se necesitará tiempo para capacitar a los electores si la ley resulta aprobada. “Mi mayor preocupación es que este proyecto no se cajonee nuevamente en el Senado, como sucedió en 2016″, admitió. En efecto, en el Senado a la oposición le falta aún un voto para impulsar la iniciativa.
Graciela Camaño, del interbloque Federal, también anticipó su apoyo a la instrumentación de la boleta única.
“No estamos dinamitando los partidos políticos con este sistema de boleta única; los partidos tendrán que adecuarse al nuevo sistema que beneficia al ciudadano. Este debate no surge de la locura de un emplazamiento opositor, sino que lo que ya se ha dicho con anterioridad: la Cámara Nacional Electoral viene aconsejando desde 2007 que nos aboquemos a esta cuestión”, enfatizó.
El oficialismo no argumentó su rechazo al sistema, aunque sí lo hizo la diputada de izquierda Myriam Bregman. “Con este sistema vamos de hecho a un desdoblamiento del sistema electoral y será más costoso. Además, se necesitarán muchos fiscales a la hora del escrutinio; no se ahorrarán más fiscales”, advirtió.
Consejo de la magistratura
Cuando acabó el debate sobre la boleta única, el oficialismo dio inicio de inmediato a la media sanción del Senado sobre el Consejo de la Magistratura. El proyecto establece que el cuerpo esté conformado por 17 miembros sin representantes de la Corte Suprema. De convertirse en ley, el presidente del máximo tribunal, Horacio Rosatti, debería abandonar la presidencia del Consejo, cargo que asumió a fines del mes pasado porque el Congreso no logró sancionar antes del 15 de abril -plazo que le había impuesto la Corte- una nueva norma de integración del cuerpo.
El proyecto es rechazado por Juntos por el Cambio. También la diputada Camaño cuestiona la media sanción del Senado y si bien coincide con sus colegas opositores de que el máximo tribunal debe estar representado en el Consejo, disiente con que su presidente -en este caso, Rosatti- sea quien encabece el cuerpo.
La posición de Camaño es clave, pues su voto será el que incline la mayoría de un lado o del otro de la balanza. El oficialismo, en su puja con Juntos por el Cambio, anticipa que podría aceptar las modificaciones sugeridas por Camaño -la inclusión de la Corte Suprema en el Consejo de la Magistratura, sin presidirlo-, pero la diputada del interbloque Federal se mantiene equidistante. “Yo propongo cambios estructurales, la media sanción del Senado no me conforma”, afirma.
“A mí me definen como la ‘diputada del medio’, no sé si para bien o para mal. Quiero decirles que yo defino mi voto a mi leal saber y entender: si todos hiciéramos una lectura acabada del artículo 114 de la Constitución Nacional haríamos una ley operativa y ajustada a la manda constitucional. Haríamos una ley que votaríamos todos”.
Desde Juntos por el Cambio, el diputado Fernando Carbajal -quien se desempeñó como juez federal en Formosa- advirtió también sobre la necesidad de avanzar en una nueva ley del Consejo de la Magistratura. Marcó, así, un matiz que lo diferencia del resto de la bancada.
“Si no lo hacemos, en noviembre próximo estaremos viviendo un proceso elección de miembros del Consejo de la Magistratura según la vieja ley, que a mí sigue sin gustarme. La media sanción del Senado no es un proyecto consensuado; nosotros tenemos el desafío de construir en la Cámara de Diputados los dos tercios y avanzar en una nueva ley”, sostuvo.
La Nación
Foto: Silvana Colombo/ La Nación